¿Iniciar o no iniciar? He ahí el dilema.
Tener una enfermedad no es una decisión. Lo que sí podemos decidir es si estamos listos para empezar el tratamiento.
Hay a quienes nos cuesta trabajo dar el primer paso para buscar ayuda, comenzar o mantener un tratamiento para la obesidad. Esto no necesariamente significa que no estamos interesados en cambiar, pero existen muchos factores involucrados en la decisión, como nuestro ambiente, la economía, la familia, el estigma, la comodidad conocida, etc.
Probablemente muchos hemos tenido experiencias estigmatizantes y sentimos miedo o rechazo a comenzar un tratamiento porque anteriormente nos han hecho creer que las recaídas han sido nuestra culpa o que “fracasamos” porque no le “echamos suficientes ganas”.
Muchas personas hemos vivido la ambivalencia o duda. Esto no es patológico… ¡Somos humanos! Pero es cierto que también muchos hemos comprobado que los beneficios de un tratamiento oportuno y adecuado son mayores.
Dar el primer paso requiere valentía, apoyo y un traje hecho a la medida. El proceso no debe ser lineal ni perfecto, pero sí debe sentirse bien y ser sostenible.
Quizá este post pueda ser una motivación externa que alguien necesita para comenzar a buscar ayuda.
