Entender y tratar la obesidad involucra tener un conocimiento actualizado sobre biología, fisiopatología, hormonas, conducta, entre muchos otros.
Los medicamentos para la obesidad, como en otras enfermedades, pueden ser una necesidad para quienes desean ganar salud, evitar complicaciones y mejorar su calidad de vida a largo plazo. Pero, desafortunadamente, en la actualidad son herramientas infrautilizadas por médicos, estigmatizadas por la sociedad o mal utilizadas como un “remedio para bajar de peso”. Escenarios que promueven la desinformación, los prejuicios, e incluso, el desabasto.
Cuando se entienden los componentes biológicos de la obesidad, el uso de medicamentos hace mucho sentido como parte de un tratamiento integral. Pensemos en otra enfermedad: ¿Cuándo hemos escuchado decir a un paciente con hipertensión que hace trampa para controlar su enfermedad si toma fármacos para ello? Nunca.
Atender la obesidad con las herramientas nuevas, que tienen una vasta evidencia científica que respalda su eficacia y seguridad, no debe ser motivo de señalamiento. Sabemos que con el uso pueden presentarse efectos adversos y que al suspenderlo, la probabilidad de que se vuelva a recuperar la grasa o peso perdido es alta. No hay mentiras detrás, es lógico y lo hemos comprobado con otras enfermedades crónicas.
Tenemos que darles su lugar, mantenernos atentos y actualizados, ya que en los próximos años vendrán nuevos fármacos que revolucionarán la forma en que tratamos la obesidad y sus comorbilidades.
Esta es una colaboración con información traducida/adaptada del Dr. Michael Crotty y My Best Weight.
Referencias: Coutinho W, Halpern B. Diabetol Metab Syndr. 2024 Jan 3;16(1):6; Chakhtoura M, et al. EClinicalMedicine. 2023 Mar 20;58:101882; Müller TD, et al. Nat Rev Drug Discov. 2022 Mar;21(3):201-223.

Velo y compártelo por Instagram aquí.